Juan el Evangelista es la denominación convencional del autor del Evangelio de Juan. La tradición le considera también autor de los demás escritos denominados "joánicos", todos ellos neotestamentarios: el Apocalipsis (cuyo autor es "Juan" -Juan de Patmos-) y tres epístolas cuyo emisor es "Juan" (1 Juan, 2 Juan y 3 Juan); aunque la exégesis moderna ha puesto en duda la atribución a la misma persona de la autoría de todo este grupo de textos, y poco puede determinarse de su personalidad, más allá de su localización temporal y cultural en el cristianismo primitivo.
Juan el Evangelista, como santo cristiano, no es diferente de la figura del apóstol Juan y de la del discípulo a quien Jesús amaba. Tal personaje, del que solo se tiene constancia a través del Evangelio de Juan, es también el que estaba reclinado muy cerca de Jesús y se reclinó sobre Jesús (en la iconografía se le representa a veces recostado sobre su pecho) durante la Última cena; y al que Cristo encomienda a su madre durante la crucifixión.
Más problemática es su identificación con Juan el Presbítero o Juan el Anciano, que aparece mencionado en los fragmentos de Papías.