La palabra bataclana aparece en 1922, tras la llegada a Buenos Aires de la compañía teatral parisina Bataclan.
En los espectáculos, las coristas vestían con escasa ropa y se las relacionaba con una vida disipada, lo que provocó que a las mujeres de vida liviana, se las llamara despectivamente “bataclanas”.
En 1927 los autores uruguayos Víctor Soliño y Roberto Fontaina componen en Montevideo la letra del Tango Garufa y José Antonio Collazo la música. En donde la letra hace mención a la palabra "bataclana".
En 1941 la actriz argentina Niní Marshall protagonizó la película Yo quiero ser bataclana.