Mujer argentina, pedazo de historia,
que ofreces tu vida, ternura y amor.
El pobre poeta, en pos de la gloria,
olvida que es hijo de madre en dolor.
Con letras de tango te insulta y ofende
al fango te arrastra y ciego en su acción,
por unas monedas cual Judas te vende
mientras canta el pueblo lo que nunca sintió.
Que tire la piedra
quien nunca pecó,
que de frente hiera
a quien por amor se dio.
Son madres, son novias,
despierta a la luz,
muéstrales el camino
antes que lleven la cruz.
Mujer argentina, pedazo de historia,
que ofreces tu vida, ternura y amor,
en ritmo de tango yo quiero cantarte,
fundirme en tu pecho, pedirte perdón.
Para que el poeta que no quiere verte
en las aguas limpias de un manantial,
y en cambio prefieren, con loco sadismo,
buscarte en el fondo de su propio fangal.