Son los tiempos, compañero, de la seca y del embrollo,
y el que menos vos pensabas anda seco, pero que vos;
todos te hablan de tragedias si dejás largar el rollo.
¡Tanto abunda la sequía, que hoy es seca hasta la tos!
En la máquina pensante se aflojaron los tornillos,
todos se hacen grandes sabios en la mesa del café,
y de planos y proyectos llevan llenos los bolsillos.
¡Todos sueñan con grandezas, pero el vento no se ve!
Es de actualidad porteña
lamentarse, chimentar,
y la gente más
ya no ríe ni al cobrar.
Todo el mundo la rezonga
y tal vez tendrá razón.
¡Pero estando en la milonga
no se arruga el que es varón!...
Los afilos más ardientes hoy se estiran como goma,
porque solo los doctores ganan ciento veinte al mes,
y las chicas más bonitas ya no encuentran ni por broma
quien las lleve hasta el Registro. Todos dicen que después...
Si sos bueno y complaciente ya te toman por venancio
y hasta de tu propia sombra vos tenés que desconfiar;
los vivillos te persiguen y te rinden por cansancio,
las pebetas te provocan y... ¡tenés que disparar!