Cuando solo en mi buhardilla yo te evoco novia mía,
como el astro que ilumina con su luz a mi querer,
me parece que tú llegas en la brisa que me besa
con los líricos susurros que me dicen de tu ser.
Y en las glorias de esas dichas que son sueños de bohemio
cuantas veces he rogado que tú te acuerdes de mí,
porque sólo son dichosos los que saben de ternuras,
que les dejan los recuerdos, como yo en mi alma sentí.
Al altar de mi destino, puese el alma en las plegarias
para unir en un delirio, el sentir de nuestro amor
y tener por dulce nido la blanca y bella casita,
que perdida entre flores sea un encanto arrobador.
Cuando llegue primavera con su séquito de flores,
en el nido habrá ternuras que son cantos de pasión;
tú estarás entre mis brazos y exaltados por los besos,
sólo un ritmo habrá entre ambos que nos una el corazón.