Siempre fui bancando los fracasos,
fui juntando los pedazos
y empezando cada vez.
La vida fue aceptar lo que viniera:
fui aquel que entrega sin pedir nada.
Siempre fui uno más en la manada
—la palabra no escuchada,
la presencia sin valor—.
Por eso, a lo mejor,
al presentir tu amor
sentí que todo aquello terminó.
Amor tardío:
brisa de estío,
cruz de mis penas.
Si el tiempo es nuestro,
si es todo nuestro
¡qué importa lo demás!
Por vos logré comprender
que amar y vivir
se encuentran al fin.
Y no es tardío...
Nunca tardío
es un sueño de amor.
¡Cuánto deja uno en el camino
temeroso del destino,
del mañana, del ayer!
Se pierde mientras tanto la esperanza,
y nada alcanza, y nada vale.
Hasta que se entiende lo evidente:
que la vida es el presente
y la dicha es el amor.
Por eso, a lo mejor,
es que a partir de hoy
te robo para siempre el corazón.