Entre los apaches de sangrienta historia
tu cartel de guapo se grabó a puñal,
y en el libro negro de tu triste gloria
una vieja pena deschavó tu mal.
Ya no sos el mismo, hay en tu mirada
eso que tus labios no quieren decir...
En tu pecho macho, como puñalada,
se metió algo amargo que te hace sufrir.
Apache,
rey del hampa,
una pena como grampa
en tu pecho se cerró.
Yo supe
que en tu vida
hay resabios de una herida
que jamás cicatrizó...
Apache,
¡yo te he visto
arrodillarte ante Cristo
y una lágrima rodó!
Una carta vieja deschavó tu pena,
una carta larga que ninguno vio,
de aquella muchacha tan sencilla y buena
en la que decía que por vos murió...
A pesar de todo siempre la quisiste,
pero la dejaste sin saber por qué...
¡Y esa carta vieja te ha dejado triste
porque te recuerda la que ya se fue!...