¿Recuerdas? Tuvimos —en años lejanos—
una asignatura sin poder rendir;
materia que luego un tanto olvidamos
metidos al ruedo del diario vivir.
El amor ?entonces? era una sonrisa,
la mano en el hombro, el beso al partir;
tus labios decían "te quiero" temblando
y yo me sentía, acaso, feliz.
No cierres los ojos:
dejame mirarlos
de un modo que nunca los pude mirar.
No juntes las manos ni aprietes los labios,
deja que se abran a la libertad
de hacer lo que quieran,
de sentirse sabios,
de darse sin miedo,
de ser sin dudar,
dejando que me abra con ellos, amarnos
como nos debimos
hace tiempo amar.
Y ahora que estamos de vuelta de todo
?por calles distintas nuestro rumbo va?,
encuentro y destino parecen un sino
(la vida ha querido los rumbos juntar).
Por favor, no digas: "eran otros días".
Crucemos el puente. Dejame intentar
aquella materia que en años lejanos
dejamos pendiente, poder aprobar.