Soñador de tiempos
con letargo en los pasos,
camina Avelino
sin apurar los años.
Con recuerdos claros
se apoya en su amigo
mientras habla de aquello
sin hallar el olvido.
Sueña despierto
al abrir el ropero
contemplando el traje
del ser petitero.
Pantalón angosto
saco ajustado
y el funyi que mira
los zapatos lustrados.
Avelino…
transeúnte de nueve décadas
con nostalgia y firmeza
se arramaca a la memoria
lo vivido con nobleza,
y al asomar el dolor
lo ajusta la tristeza.
Avelino…
duende que vive su historia
entre tangos y caminos,
el club, el traje, el ropero
sos un cofre petitero
poniendo broche al destino.