Las quintas del pasado
se hicieron potreros,
sin veredas,
con yuyos, tamariscos
y sueños de primera.
Y, lejos, la frontera
de alambrado rural
fue guía del Canal,
mezclando la ilusión
del campo y la ciudad,
Barrio Hospital.
Cuadrera que cedió al progreso,
asfalto que venció al barrial;
recuerdo mi niñez, por eso,
yo canto a tu ser sentimental.
tu gente de laburo terco,
tu azul y rojo de amistad;
arriba recortado el cielo
y abajo tu razón para soñar.
Quedaron desde entonces
recuerdos de abuelos,
los pioneros;
y aquel 20 de junio,
testimonio de anhelos;
también los berretines:
El sueño de aquel pibe
y, con su bandoneón,
sus ganas de cantar
tu historia en la ciudad,
Barrio Hospital.