Este tango que enciende y canta loas
a la vida, a los cielos y al hogar,
vibra ahora, feliz, a pocas horas
de la hermosa y cristiana Navidad.
Una mesa, Jesús en el recuerdo,
mis dos hijos pequeños y el amor
de quien hizo más cálidos mis sueños
¡Nochebuena bendita, la de hoy.
(Recitado):
Si cerrara los ojos un instante
y dejara volar al corazón
esta escena, que ahora he de pintarles,
cubriría de lágrimas mi voz…
Un humilde ranchito provinciano
junto a un río cordial y juguetón,
Navidad… mis viejitos… y a su lado,
mis hermanos, la dulce abuela y yo.
Qué lejana esa imagen blanca y buena…
¡Perdón por esta lágrima fugaz!
¡A la mesa, chiquitos… a la mesa,
que mañana… mañana es Navidad!
Un pesebre de barro y de madera,
como aquél de la noche de Belén,
junto a un pino de luces y de estrellas
y mis hijos jugando junto a él.
Cuánta dicha rondando por el patio
de la tibia casita que alcé yo,
esta noche de amor que es como un canto,
¡Nochebuena bendita, la de hoy.