Si yo tuviera la bola de cristal,
si fuera Fu Manchú o brujo medieval,
tal vez pudiera pensar en la ilusión
de verte palpitar con otro corazón.
De rascacielos un bosque te pobló
y en la galaxia tu nombre resonó.
Te quiero imaginar de frente y de perfil,
mi Buenos Aires del año 3000.
Baires 3000, ¿qué será de los dos?
Yo, sólo ayer. Vos, un grito hacia el sol.
Tendrás alguna
cita en la Luna,
y un colectivo a Marte llegará.
Baires 3000, si has perdido el color;
Baires 3000, si olvidaste el amor,
surgirá del fango
el profundo tango
que hasta en las estrellas tu nombre dirá.
Tal vez te quieran dictar un porvenir
de frío y de cristal, mecánico y febril.
Tal vez entonces no puedas conjugar,
a puro corazón, los verbos ser y amar.
No pierdas nunca tu rostro ni la fe,
ni la ternura del íntimo café.
No dejes apagar el sol de la amistad,
mi muy querida, futura ciudad.