Va en el aire una canción de locuras de ciudad
y un perfume pecador, por las calles que cruzás:
es Corrientes... o es Maipú... ¡son tus triunfos del ayer!
¡Derrochada juventud... rubio vino del placer!...
¡Son los mismos... pero vos, qué distinto del que fue!
¡Quién soñara este bajón! ¡Quién te ha visto y quién te ve!
¡Desterrao de la ilusión, que lo empujan a rodar
sin saber de donde viene ni pa' dónde vá!...
Tu drama interior
no lo contés
que ya lo sé...
Ella era un sol... y un páramo también
De ella detrás, tu rumbo se extravió...
Quisiste matar...
¡Y hoy ya lo ves,
si la encontrás
a ella, la infiel, la impía y la falaz,
yo sé que has de llorar
tirao ante sus pies!...
Confesá que vos también te has buscao tu perdición;
que sabiendo, o sin saber, has vivido en un error;
que ambicioso de cartel, convertiste un gran amor
en juguete de placer y en lujosa exhibición...
El dinero es casi un Dios que hasta el cielo te hace ir,
pero falla si hay que abrir el candao de un corazón.
La caída es mucho peor cuando más arriba estás,
y al que cae lo pisotean sin dejarlo alzar...