Muy pocos saben cuál es la historia
por la que tanto sigo sufriendo,
por eso, muchos van repitiendo
que yo me quejo sin razón.
Porque no río, ni en nada sueño,
todos se burlan de cruel manera,
como si acaso yo no tuviera
también un corazón.
La gente me cree caído del cielo,
porque voy sin rumbo, sin calma ni fe.
Tal vez no comprenden que amé con locura,
teniendo, más tarde, un fatal desconsuelo.
Los hombres que ayer fueron heridos de muerte,
transforman su risa en muecas de horror.
Caídos del cielo, o son los que amaron,
porque los caídos no saben de amor.
Bajo el tormento de mi amargura,
soy un recuerdo de lo que he sido;
nadie mis penas ha comprendido
porque no entienden de sufrir.
No te descuides, que si padeces,
dirán, al verte, tan triste y serio,
que habrás caído también del cielo
como se creen de mí.