Aquí tienen a Calandria
que es un mozo de renombre,
el que para un tango criollo
no le teme a ningún hombre;
el que siempre está dispuesto
si se trata de farrear;
el que cantando milongas
siempre se hace respetar.
No hay campadre que me asuste,
por más guapo y cuchillero,
porque en casos apurados
sé manejar el acero.
El miedo no lo conozco y
jamás me sé asustar,
y el que pretenda ganarme
tiene mucho que sudar.
Soy compadre entre compadres
y decente entre la gente,
pues como conozco el mundo
me arreglo a cualquier ambiente.
Sigo el consejo de un sabio
que me solía decir:
"Vivir cualquier sonzo sabe,
la biblia es saber vivir".
No siento penas ni agravios
ni me quejo de la suerte;
para farrear he nacido
y así seré hasta la muerte;
y cuando expirar me toque,
lo juro de corazón:
moriré como buen criollo,
dando un viva a mi nación.