Desde Buenos Aires llegaste a París
nostalgia de barrio traía tu voz
un duende habitaba tu cuerpo gentil
y un juego de notas besaba aquel son.
La noche a tus ojos le dio su matiz
celoso el lucero también su fulgor
tu rostro moreno dejaba lucir
la tierna sonrisa que me conquistó.
Tal vez la bohemia que tiene París
llenó de ilusiones a mi corazón
bastó una mirada para concebir
la dulce ventura de amarnos tu y yo.
Yo se que mañana tendrás que partir
a pueblos que escuchen tu tango mejor
pero en tu equipaje llorando por mí
llevás la tristeza que deja el adiós.
No sé si cumpliste tu sueño en París
pequeña calandria de la Cruz del Sur
trajiste a mi vida el tango feliz
mojado de luna borracho de amor.
Tus labios contaban historias en gris
de versos surgidos de la inspiración
de un vate porteño que hacía latir
en una guitarra un tango entrador.