No sé cuál es el camino
que me lleva a tu presencia,
busco magia en las palabras
que te cuenten de mi espera.
Voy en brazos del silencio
por la senda de tu ausencia.
Son las sombras de la noche
rejas para mi condena.
Atardece ya en mi vida
y tu amor aún me quema
silba el viento la canción
de tu olvido y de mi pena.
Si la muerte no me cubre
con su manto de clemencia
seguiré guardando arrullos
por si un día... tú regresas.
Ya no soy la que juntaba
panaderos a la siesta,
gorrioncito arrinconado
eso soy, hasta que vuelvas.
Me lastima tu abandono
el adiós de mí te aleja,
pero sigo enamorada
inventándome promesas.