¿Dónde estás, caracú?
No te encuentro en el menú.
¿Dónde estás, caracú?
Me tenés con cara ‘e cú.
Pucheros eran los de antes,
generosos, abundantes,
Como aquellos pucherotes
que gozaba de pebete.
Hoy no alcanza el aguinaldo,
ni siquiera para el caldo.
No podés parar la olla
y morfás pan con cebolla.
La papa, la zanahoria
y hasta el choclo son historia.
Hoy no te alcanza la guita
ni siquiera pa’ verdurita.
Al mercado lo saquean
y el dueño volvió a Corea.
Dicen que allá comen perro
pero el mío es piel y hueso.
Che, muchachos, disimulen,
el orgullo siempre a flote.
Aunque no se desayunen
y a pesar del despelote,
che, muchachos, si hay miseria,
por favor, que no se note.
Como aquella Nicanora
se acabó el cuarto de hora.
Ya se terminó la fiesta
y se retiró la orquesta.
El que la tiene la esconde,
pero ya sabemos dónde
tras el muro y el alambre
aquí afuera pica el bagre.