Siempre pasa con el pucho sobrador a flor de labio
con la pinta medio shiome que deschava el arrabal.
Lleva el lengue hecho galleta, con el funyi arremangado
y se va ladeando todo con andar acompadrado
mientras pica la vereda con el taco militar.
La chamuya de los grilos, de cachimba y empiedrada
en la cara luce un feite que hoy es vieja cicatriz.
Se da dique que hace poco le fajaron la mancada
y fue culpa de una nami que de puro rechiflada
casi ortiba los aprontes que le daba en el bulín.
La va de que es junado, conversa de sotana,
su vieja ferramenta la tuvo que amurar.
Pregunta por "el hombre" respeta a la fulana
y dicen que un caudillo lo pudo acomodar.
La va que fue ladero de puntos remanyados
y en el refiche lungo del turbio chimentar,
para él no hay un secreto, desde tirar el carro,
pialarse en un choreo o hacer un cuento más.
Tiene pinta bulinera de gavión de rango mishio
el yuguillo lo levanta, casi, casi hasta la nuez
cuando juna al mayorengo se las toma "stricho y pico"
se embalurda con dos cañas, le hace cruz al abanico
y pa' andar algo piola la jotraba de chofer.
La saluda con ¡dequera! y si marca es con un ¡quía!
pero yo que le remanyo su prontuario, bien lo sé
que no tiene más balurdo que un andar de contramano
y los tiras, la otra noche fue por gil que lo juntaron
cuando estaba haciendo pinta en la puerta de un café.