Un cielo de cometas
me espera en el baldío
para dejarlo chanta
al viejo corazón.
Y un mundo de bolitas
perdido en la distancia
me trajo la nostalgia,
por eso pienso en vos.
¡Me cache en die! Qué pena
no andar por tus neblinas,
no contar tus estrellas,
estar lejos... sobón.
Y relojear las cosas
desde un departamento
que tiene olor a nuevo...
¡Pero no corazón!
Después, a la sordina,
jadeando los repechos.
Los quietos valsecitos
serán un celofán.
Y aprenderé a quererte
tan solo de memoria
para trampear los años
que ya no volverán
Y entonces, despacito,
tan dueño del paisaje,
me puedo ya morir.