Cuando despertaba de dormir "la tranca"
manyé que mi paica se me había espiantao.
Revolví el cotorro con su última carta
pero de ande yerba, nada había dejao.
A indagar me puse, llamé a mi vecino
y éste muy ladino, pronto me batió
que en la madrugada, cuando yo dormía
con uno de motas mi rubia fugó.
Pucha con la rubia perjura y taimada,
yo la quería de tan buena ley
me ha dejao chairando como pa' cuereada
y me ha puesto un yugo lo mesmo que el buey.
Cuando la recuerdo acude a mi mente
el dicho de un criollo lleno de razón
que como la mosca la mujer se para
sin fijarse en dónde ni hacer distinción.
Para consolarme de mi desventura,
cosas de la vida, digo en mi interior
lo que a mí me pasa a muchos ocurre
y hasta sé de algunos que les pasa peor.
No olviden amigos, si en sus correrías,
con alguna mosca dan un tropezón,
échenle bufache y otros ingredientes
y mányenle si tiene o no corazón.