¿Así que usted quiere, vieja,
que empiece a contarle yo,
cómo se hace un tango, no?
Le haré el gusto, si me deja.
Vaya parando la oreja
que va a hablar el que la adora
hoy, mañana, a toda hora.
Porque pa’ mí, donde cuadre,
usted no es sólo mi madre,
sino mi novia, señora.
Cómo se hace un tango, dijo,
oiga mama, con dolor,
mezclao con pena de amor
que es la que sienten los hijos.
Con el pensamiento fijo
en la que estoy contemplando.
Con el que vive esperando
a la que no llega nunca
y con esa noche trunca
de los que van aflojando.
Con el fulgor que, en los ojos,
tiene la hermosa mujer
que anda con ganas de ver
al que se muere de antojos.
Con los dolientes enojos
de aquel que le falta un cobre.
Con el que piedad le sobre
pa’ la pobre flor de fango.
Con eso, así, se hace un tango,
con la emoción de los pobres.