Se deschavó la sordina
con voz ronca de malevo
una noche de confidencia
delante de un copetín;
desde entonces bien presentes
las palabras siempre llevo
de aquel muchacho de línea
sin poses ni berretín.
"En asuntos de mujeres
cada cual juega su carta,
yo conozco muchos ranas
que se han casado después,
el amor es un anzuelo
donde el más lince se ensarta
y donde se pierden muchos envidos
con treinta y tres.
"Sobre eso no des consejos
ni al que es tu mejor amigo
y menos si anda enredado
con alguna cusifai;
es como llevar sardinas
pá que las vendan en Vigo
o como mandar naranjas
a Asunción del Paraguay.
"Procurá no darte dique
con las treinta y tres de mano,
esperá que el otro envide
y después lo revidás,
vos sabés que no es derecho,
ni es canchero, ni es humano
faroliarle en compadrito
cuando al otro lo sobrás.
"Cuando entrés a una carpeta
donde vayás convidado
desconfiá de las barajas
y los puntos al jugar;
un mango tiene más fuerza
que un caballo desbocado,
y en la timba hasta tu viejo
te va a tirar a matar.
"Procurá cortarte solo
y piantá de la reclame,
la patota y la reclame
son compromisos de honor.
Ya dijo un consejo gaucho:
«El buey solo bien se lame».
Yo digo:Pá ciertas cosas
si no se lame mejor.
"No le des bola al amigo
que es necio si anda mamao,
es siempre un lío a la fija
que hay que saber evitar,
mamate de vez en cuando
que eso no es nigún pecado
pero hay que saber mamarse
como hay que saber jugar.
"No saqués nunca de grupo
el bufoso ni el cuchillo
si no es pá jugarte entero
en un momento fatal."
La tristeza de un recuerdo
lo hizo poner amarillo
como si un remordimiento
le hiciera un copo final...