Te vi crecer al viento de la vida
mezclando los recuerdos con heridas,
volviendo cada noche dando tumbos
como brújula sin rumbo,
sin historia y sin edad.
Fantasma que aspirabas al balazo
y tan sólo un cachetazo
te sirvió como final.
Tenías todo puesto a contramano,
llevabas los olvidos muy cercanos
restando desde ayer los días felices,
cosechando cicatrices
añejadas en alcohol.
Fantasma que se esfuma sin trabajo
se te vio de un solo tajo
medio muerto como yo.
Pero andabas floreciendo en una angustia,
nadie vio las mariposas
ni las rosas del rosal,
los jardines que inventaba tu ternura,
la hermosura de tu cielo de perdón.
Y por eso te olvidaste de la muerte
y a vida retrató tu corazón.