En las mesas de las tabernas
emborracho yo mi tristeza,
que como flores en las malezas
poquito a poco muriendo va
y el curdela me llaman todos
y no saben que los licores,
me hacen ver un rostro de mujer
radiante de pasión, en el verde pernod.
Un pernod... sírvame pronto amigo,
porque quiero sus ojos mirar,
en el fondo de la copa llena,
donde busca mi pena
su luz por no llorar.
Un pernod deme que su mirada,
estoy viendo trágica brillar...
esperando besos de mi boca,
para su almita loca, volver a despertar.
Traigan otro pernod,
que quiero embriagarme
y riendo lloro al reír
loco de dolor
y harto de sufrir.
Traigan otro pernod
que mi carcajada
ronca de tanto llorar,
mi pena de amor,
ya no han de matar.