No se por qué me parece que algún día
te he de encontrar en el cruce de un camino,
hecha un dolor y llorando todavía
este querer, como burla del destino.
La vida tiene también muchas sorpresas
y lo que hoy llena de risas tus encantos
tal vez mañana vertiendo mucho llanto
recordarás que el engaño te vendió.
El duende
de mi cariño me hace verte
como jamás quise quererte,
como yo nunca te imaginé.
El duende
que llevo dentro de mi pecho
me dice, yo no sé con qué derecho
que al final
vencida, te encontraré.
Porque tal vez, otro amor en tus oídos,
volcó la miel del engaño, te pagabas.
Creíste al fin, ya tu triunfo conseguido
sin comprender que, al subir, sólo bajabas.
Tarde será, me lo dice la experiencia;
has de volver a buscar tus ilusiones
y entonces ya, sin deber de mi conciencia,
no te abriré nunca más el corazón.