Compadrito y gran “bochero” en San Cristóbal,
eras ayer “El Pibe Picaflor”.
¡Y tu fama llenaba las trastiendas,
y tu plata copaba el mostrador!
Pero al rodar la bocha de tu vida
en la cárcel tus sueños sepultó.
¡Y hoy sos la sombra de aquel taita
que llamaban “El Pibe Picaflor!
“Pequero” del tiempo viejo
bochador de San Cristóbal,
de las canchas con parrales
de los sapos a la sombra.
En la más brava partida
tu muñeca te falló,
¡Porque no arrimaste a tiempo
al bochín de un corazón!
Has perdido toda “chance” entre las “grelas”
y, si jugás, perdés como un “chambón”,
¡pero aún se emborrachan los malevos
con la fama del “Pibe Picaflor”!
Cuando cae al boliche un guitarrero
y les canta tus hechos de varón,
mientras vos derramas llanto de caña
¡“amurado” al latón del mostrador!