Ella espera,
su copa vacía
muerde el rastro vano
de otras madrugadas,
con ojos muy tibios
andar tan lejano,
trasluce un pasado
de azul desgarrado.
Ella tiene
su tenue sonrisa
viaja en el silencio
por barrios extraños
con besos de mares
anillos de arena,
contiene su pluma,
sus pasos descalzos.
Y seguirá soñando
mensajes, violines,
milagros de bruma,
caricias virtuales,
anillos de arena
prendidos al viento
de aquel que una noche
le bajó la luna…
Ella espera
su noche muy libre
piensa en su atrevido
transir de nostalgia
el vuelo de Venus
el sol de otros cielos,
rayuelas tatuadas
en pieles ajenas.
Ella tiene,
su espacio, su cama
piensa en nuevos mitos
escribe canciones
rociando placeres
cinturas de abrazos
de aquello que siempre
soñó en sus quimeras.
Y seguirá soñando
nacientes palabras,
instantes precisos,
historias pequeñas,
rincones omisos
subiendo los puentes
de un príncipe alto
que soñó con lunas…