Quién te dice, que mañana despertás y, de repente,
te sorprende un sueño nuevo, nuevo y bueno... ¿qué sabés?
Si no todo está perdido, ¡no aflojés! ¡no te me quedes!
Y anotate al futuro, que el pasado ya se fue...
¡A que sí! ¡A que podemos!... Si tenemos piola virgen,
tiremos el rollo arriba y chamuyemos con Él,
si sabemos que es de fierro, y a ninguno deja irse
sin ilusiones, sin sueños, y solo nos pide Fe.
A conjugar verbos nuevos, sin despechos ni rencores,
un almanaque... colores... despertar nuevos amores
verás que revive el alma.
Si la propuesta te alarma, seguí con este presente,
o si querés, simplemente atrevete, ¡un paso al frente y dale!
¡empezá a ganar!
Date cuenta hermano mío, que de nada vale todo
si no tenés un mañana, un sol nuevo en qué pensar.
No esquivés el bulto a nada, pero no entrés en el lodo,
no olvides que el tiempo pasa y que no regresa más.
No dejes que las arrugas puedan más que tu sonrisa,
no dejes que la tristeza no te permita soñar.
Si al fin de cuentas la meta no tiene distancia cierta,
todo depende de cómo la pretendas alcanzar.