Solo y feliz,
sin un amor,
así viví
hasta que vos
viniste a mí.
Fue aquella noche que llegaste hasta mi pieza
hecha un lamento pa' buscar mi protección.
Y te ofrecí
fiel y cordial,
en mi bulín,
calor de hogar
pa' tu dolor.
Y hoy, justo al año de esa noche que llegaste,
me abandonaste sin decirme la razón.
No sufro por tu abandono;
ni guardo siquiera encono;
lo que has hecho vos sabrás...
No es rara mi indiferencia;
más rara es tu inconsecuencia,
y no te puedo culpar.
Por tu voluntad viniste;
por tu voluntad te fuiste;
¿qué te podré reprochar?...
El sol todas las mañanas,
también llega a mi ventana,
y como viene se va...
No puedo más
sin confesar
que era feliz
y mucho más
con vos lo fui.
Hago el balance de ese tiempo que estuviste
y queda un saldo que jamás podré pagar.
Vida sin luz,
a solas fue;
y tu querer,
rayo de sol
que me alumbró.
De nuevo en sombras me he quedado y la nostalgia
de haber gustado de tu amor la claridad.