Con vos Discepolín vamos en yunta
por este corso de dudas y fatigas
en más de una ocasión llegamos tarde,
buscando a Dios quedamos de rodillas.
Un ángel nos desnuda las flaquezas
audacia y soledad, la vida gira
y en este carrousel de desengaños
seguimos vos y yo tras las cenizas.
Nos duele la niñez
camino hacia el fangal del Paco y el festín.
¿Por qué desde el adiós me obligas a esperar?
Si sangra por amor la herida de existir.
Migajas de ilusión
en versos que al final maduran en un gris.
Sufrimos al saber que duele tanto amar
trepados en un tren con ruedas de aserrín.
La noche con su antigua cantinela
rezonga en su sermón la fe perdida
nos cubre con su hollín y nos consuela
del viento sin piedad de las mentiras.
La gente que está ciega ante la infamia
aplaude sin culparse la injusticia,
no pueden comprender que haya otro vuelo,
nos cuelgan de una cruz en cada esquina.