Tengo tanto que hablarte,
que no hay palabras
para decirte todo
lo que yo quiero.
Es que uno tiene sueños
y los comparte,
con esperanzas,
tímidamente.
¡No!
¿Por qué lloras?
Si no hay motivo alguno.
Ves que fácil es,
ya nos ponemos tristes.
¡Sólo una vez más!
Con la sonrisa limpia,
quiero recordarte,
secreta y mía.
¡No!
No llores más,
nos queda poco tiempo.
Y hay que aprovechar
cada segundo, aún.
Nos vamos,
pero tristemente,
tiernamente,
como se va el amor.