¡Veinte años pasaron tan largo!
entre sombras de negras tinieblas
en la cárcel pavorosa que ha cumplido sin razón,
cuan no pasan los tragos amargos.
Veinte años que lloro tus culpas,
cual mujer callé mi gran defensa,
bien podía culparte, canalla,
la condena dolorosa que he sufrido yo por vos.
Al irse los años, me siento tan vieja,
no creas, por eso, que vengo a implorarte
yo vengo a decirte, mil veces, ¡cobarde!
por falso que fuiste con tu juramento.
¡Canalla! ¡Deshecho!, si piensas amarme
ya será muy tarde, porque todo ha muerto
pues soy un espectro, que vive sin vida,
cual flor ya marchita, ¡pues esa soy yo!
¡Veinte años de cárcel recluida!
donde sepulté tan inconsciente
mi pobre juventud carcomida
que se apagó sin consuelo, por el hombre que mintió.
Pues soy la mujer que te ha querido,
la que tu crimen se ha culpado,
la que entre rejas siempre ha llorado
entre lágrimas y llanto, ¡todas tus culpas pagó!