Estamos vos y yo, amigo mío,
estamos frente a frente, cara a cara,
hablando de cosas muy sutiles,
hablando pequeñeces, casi nada.
Estamos, una copa de por medio,
vagando por anécdotas pasadas
y el humo de un cigarro nos envuelve
en una realidad que es inventada.
Espíritu del mundo
en Buenos Aires,
oscura noche abierta
a los milagros,
y en cada luz distingo
las aureolas
de espíritus, siluetas
en cabriolas.
No sé si el vino tiñe
la alegría
con pátina de gran
melancolía.
Sospecho que todo
es pesadilla,
en medio del calor
del viejo bar.
Estamos componiendo otra historia
y todas las distancias nos abarcan.
Y somos ya dos niños, ya dos hombres,
lágrima y sonrisa se enmarañan.
Estamos en el cruce de caminos
siguiendo a elección, la ruta dada.
En un momento estalla un simple “ahora”
Y días, meses, años, se desmayan…