Te han herido...
pero yo qué culpa tengo
si tu amor han salpicado
con engaño y con olvido.
No confundas
el romance de un poeta
con la pérfida mundana
de este insólito planeta.
Yo te quiero...
con la fuerza ya madura
y la exótica locura
de saber lo que es querer.
Y no soy igual que todos...
soy un vértigo profundo
que transita en otros mundos
y hoy bajó a beber tu miel.
Ven... ven a soñar mi enamorada
ven... tengo la lámpara encantada
yo enciendo las estrellas
que están y no dan luz.
Tu mal ya lo conozco...
lo sufro como tú
sé... que al irse el sol te pones grave
son... las dudas de tu amor.
Incrédula, incrédula...
súbete a mi nave
quémame en tus besos
antes que naufrague
y verás que es cierto
¡que existe el amor!