Al costado del camino
y en larga fila apretada,
las carretas se han dormido
bajo una luna plateada.
Los bueyes muerden despacio
un campo verdoso y lacio...
Y alrededor de un fogón,
mate, guitarra y canción...
Perfume de pastos, olor de tomillo,
y sombras de sauces en tardes de sol,
gorjeos y nidos sobre un espinillo,
son cosas que tengo teniendo tu amor.
Pensando en tus ojos, se acorta el camino,
pensando en tus besos, me apuro en llegar.
Amor y carreta me han hecho un destino,
destino dichoso de amarte y andar...
Cuando la luz de la aurora
viene la pampa aclarando,
las carretas seguidoras
van por la huella marchando.
Y en la senda rezagada,
la noche quedó acostada...
Y el viento trae del fogón,
ecos de aquella canción…