El fuego de los dos
sutil en el temblor
venciendo la ansiedad
que juega con la piel.
Soñemos al beber
el néctar del carmín
en esta intimidad
borracha de pasión.
Abrázame mi bien,
oyendo al corazón
sabiendo que al final
nos une la ilusión.
Enséñame a volar,
viviendo el frenesí
guardado en tu interior
en este instante azul.
Los días pasarán
quedando entre los dos
aquello que jamás
olvida la razón.
Mi sed te abrazará
dejándote en la piel
recuerdos que serán
la voz de mi emoción,
y en esta eternidad
de ardiente plenitud
unidos hasta el fin
el tango vos y yo.
Testigo de este amor
ha sido el tango aquél
compinche y entrador
que entonces nos unió.
En este atardecer
vivamos al compás
la magia de bailar
su ritmo tan sensual.
Abrázame y podrás
amarme sin dejar
mis labios de besar
con tierna ensoñación.
En brazos de tu amor
desmaya mi inquietud
sintiendo esta verdad
latir dentro de mí.