Él carga con cincuenta,
y el eco de una herida a cuenta del ayer,
retazo de utopía ya cansada de no ser.
Ella es una mina que intentó
cambiar el mundo y le fue mal,
tener memoria y le fue bien.
Tal vez parezcan viejos,
pero ya no hay espejos lerdos para ver
su historia escrita del revés.
En una arruga
él le acomoda un sol
y hacen el amor, la revolución,
todo resistió, un siglo entre los dos,
un hombre, una mujer, caricia torpe de él,
y en un pudor, se entienden...
parecen dos a contravoz,
y son aquello que los sobrevivió.
Soñar no ha sido en vano,
tan frágil como el mundo aquel que se les fue
es ver esta ternura empecinada en renacer.
Son tan diferentes al ayer,
tan parecidos que quizás,
hoy son más ellos que una vez.
Generación partida,
recuerdo de batalla y tregua en cada piel,
bailando hasta el amanecer.
En una arruga
él le acomoda un sol
y hacen el amor, la revolución,
todo resistió, un siglo entre los dos,
un hombre, una mujer, caricia torpe de él,
y en un pudor, se entienden...
parecen dos a contravoz,
y son aquello que los sobrevivió.