De novio con su volante
persigue un sueño de pan,
tachero, canción o llanto
calle arriba en libertad.
En su alma guarda las cuitas,
gorrión de la soledad
ningún secreto lo altera
sus verdades duelen más.
La jungla que él atraviesa
es ciega para el placer
y siguen pariendo esquinas
las auroras en su piel.
A veces sus propias penas
olvida en algún café,
un guiño le hace a la vida
cuando se agota su fe.
Volviendo de la rutina
atrás deja la ciudad
sus hijos, su amor de siempre
son los lazos de su afán.
En tanto habitan su mundo
quimeras por alcanzar,
en alas de la esperanza
edifica su verdad.