Vibró tu corazón bajo este cielo
que fue inspiración a la medida
de cada canción hecha susurro
latiendo en la bruma amanecida.
Tu vuelo de alondra enamorada
cruzó los umbrales de la vida
dejaste la impronta de tu historia
en esta Buenos Aires que no olvida.
Hermana de rumbos, hoy mi copa
desangra su vino entristecida
mi verso anónimo te nombra
y busca habitar tu voz perdida.
Nostalgia de versos en el eco
callado de la noche conmovida,
un juego de sombras te recuerda
mirando hacia el Sur en tu partida.
Invierno, regresa la llovizna
que moja tu lámpara encendida
y un viento que sopla, alma adentro
deshoja tus rimas florecidas.
Acuna el misterio de la noche
la calma de la calle adormecida
y siento que tu ángel me acompaña
en esta ciudad que no te olvida.