En esta noche estival…
de mi llegada al Japón,
quiero brindarte en un tango
rezongón y milonguero
mi cariño hacia ti,
hermosa japonesita
desde mi tierra querida
traigo un mensaje de amor
con el anhelo querido de paz.
Con cuánta fe, llegué a este puerto,
donde hallé una esperanza
y el arrullo perfumado de tu voz…
Y así una tarde, en el jardín de los cerezos,
nos juramos con un beso la mayor felicidad…
Pero una noche, los misterios del oriente
te llevaron para siempre
sin pensar en nuestro amor…
¡Japonesita!... Nunca me olvides
que en el cielo de tus ojos vivirá el amor…
Aquella noche estival,
de mi llegada al Japón,
vi en tu ternura infinita
ese amor que palpita
dentro del corazón…
Hermosa japonesita,
desde mi tierra querida
te traigo un mensaje de amor
con el anhelo querido de paz…