La gente, que es brutal cuando se ensaña,
la gente, que es feroz cuando hace un mal,
buscó para hacer títeres en su guiñol,
la imagen de tu amor y mi esperanza...
A mí, ¿qué me importaba tu pasado...?
si tu alma entraba pura a un porvenir.
Dichoso abrí los brazos a tu afán y con mi amor
salimos, de payasos, a vivir.
Fue inútil gritar
que querías ser buena.
Fue estúpido aullar
la promesa de tu redención...
La gente es brutal
y odia siempre al que sueña,
lo burla y con risas despeña
su intento mejor...
Tu historia y mi honor
desnudaos en la feria,
bailaron su danza de horror,
sin compasión...
Tu angustia comprendió que era imposible,
luchar contra la gente es infernal.
Por eso me dejaste sin decirlo, ¡amor!...
y fuiste a hundirte al fin en tu destino.
Tu vida desde entonces fue un suicidio,
vorágine de horrores y de alcohol.
Anoche te mataste ya del todo y mi emoción
te llora en tu descanso... ¡Corazón!
Quisiera que Dios
amparara tu sueño.
muñeca de amor
que no pudo alcanzar su ilusión.
Yo quise hacer más
pero sólo fue un ansia.
Que tu alma perdone a mi vida
su esfuerzo mejor.
De blanco al morir,
llegará tu esperanza,
vestida de novia ante Dios...
como soñó.
Juan D'Arienzo - Héctor Mauré - Infamia