Cómo, si uno tiene su destino,
si uno va por el camino
que la vida le ha marcado.
Cómo pretender que en un momento
se abra paso un sentimiento
que no estaba señalado.
Lucho con la angustia del perdido,
con la pena del vencido,
con la fiebre del dolor.
Lucho por la gloria de tu boca,
que mil veces me provoca
prometiéndome tu amor.
Inútil
mi esperanza, pero bella.
Lejana,
como el brillo de una estrella.
Inútil,
como el alma de mis sueños,
como todos los empeños
que me impulsan a quererte.
Lo mismo
da encontrarte que perderte,
si el camino de mi suerte
es camino sin amor.
Siento que tu amor será en mi vida,
en mi vida perseguida
una sombra empecinada.
Siento que me abrasa el pensamiento
el deseo de un intento
que no sirve para nada.
Pobre la esperanza que se enciende
en un alma que pretende
su destino desafiar.
Pobre de tu sueño que, inocente,
me promete dulcemente
lo que no te puedo dar.