Si hay algo lindo en la pampa,
que embelesa y que cautiva,
es una rubia de ojazos
que queman cuando ellos miran.
Corcoveando siempre están
en la carita pintona
de una criolla coquetona,
que adoro con loco afán.
Es el encanto de sus paisanos,
el lucerito de las estancias,
y de los campos la flor de alfalfa
que gambetea con mi esperanza.
Su cariñito me tiene loco
y la ingratona se está burlando,
y me castiga, me va matando,
con sus desdenes, el corazón.
Y a veces lloro soñando
que me lleva el forastero
la chirusa de unos sueños
a vivir bajo otro cielo.
Tengo miedo que a esa flor,
me la engañen con halagos
y me dejen en este pago,
perdido en el dolor.