Cuando estalla la luna en su cascada
ronda un ala de vos en este olvido,
se parece a una rosa enamorada
tu sonrisa gateando en el camino.
Si es que vuelve tu sangre a cada paso
yo te entrego la sal de mis costillas,
soy el sueño de un Adán atormentado
que te espera perdido en las esquinas.
La calle de tu piel va al imposible,
lo saben los abismos de mis manos,
de noche están los lobos que me siguen
mordiéndome tu sol en un costado…
Ahora que me alumbra en las esquinas
la infancia de tus ojos como un gato,
la calle de tu piel está en mi herida
llegando hasta la entraña de mi barrio.
Cada vez que se abren los suburbios
de lo eterno que una vez nos prometimos
hay un aire de invierno y de llovizna
que se clava entre mis labios como un grito.
En el agua que corre en las veredas
van los días de solearnos lo que fuimos.
Esta noche hay un fantasma de memoria
que me hacer recordar que ya no existo.