Al ver fulgurar su hermosura
en un Avancée del Colón,
la gente te volvió la cabeza
y dijo un murmullo
¡es Margot!
Margot la mundana de moda
llegada recién de New York
envuelta en sombría leyenda,
leyenda de sangre y de amor.
Es Margot
«la suicida»
ya en París
con ese apodo conocida.
Pues es su sien
y entre sus rizos
lleva el trazo
siempre indeleble
y doloroso de un balazo.
Y Margot sonriente
cuando le habla del amor
un pretendiente dice,
apartando su cabello ensortijado:
«Todo mi amor
bajo esta cruz
está enterrado».