Calles que un día me dieron
calor de amor y amistad,
las piso con paso lento,
solo, con mis pensamientos...
Casas que el tiempo respeta;
esquina que no cambió;
la misma vida, tan quieta;
pero el mismo no soy yo.
Hoy...
con el alma sin abrigo,
por confiar en vanaglorias
apenas soy un mendigo
pidiendo, para que me oiga,
la limosna de un amigo...
Y hablar con él del pasado;
de alguna loca ilusión.
Hoy...
puede ser que si nos vemos,
sin hablar, nos abracemos
llorando juntos los dos.
Vengo de sueños fallidos,
rumiando mi soledad.
Para el dolor no hay olvido
ni devuelven lo perdido...
Vengo sangrando por dentro
el barrio que no cambió;
los mismos sitios encuentro,
pero el mismo no soy yo.