(Recitado)
Una loca anda suelta, Estación Terminal,
una loca, tan loca, que no viene ni va.
Altivo como torre te contempla, estación,
mientras se quiere loca para tener razón.
Es un reseco roble al pie del vendaval,
de los locos que corren tratando de llegar.
Inútil como un faro cuando regresa el sol,
la loca deja el día en las manos de Dios.
(Canto)
Mujer en la frontera de la ausencia,
envuelta en larga estola de dolor,
se esconde en negro pozo de demencia
y espía desde otra dimensión.
Esfinge en los desiertos del silencio
ya nada, nada tiene que escuchar,
hurgando las bodegas del misterio
ya supo que no existe la verdad.
Remienda con paciencia madrugadas
con parches de su propia oscuridad,
en tanto la sorprenden las bandadas
que parten o que llegan sin cesar.
Confusa una marea de recuerdos
regresa en cada uno que se va.
Y guarda devoción, como en un templo,
absorta, en raro~ gesto de rezar.
Fantasma de perfiles muy inciertos,
silueta de un espectro a contraluz,
de orejas que semejan mares muertos
cubiertos por la niebla más azul.
Patético fantasma ella regresa,
se arrastra por lo frío del andén,
buscando entre la gente alguien que sepa
un algo de ese algo que ella fue.