Nochera, no me pudo atar de manos
y me salí a perder a media tarde,
anduve como un loco
cayéndome de a poco,
buscando Dulcineas en los bares.
Me puse a dibujar de puro errante
y me inventé un perfil desde la nada,
le estuve dando vueltas
haciéndole piruetas,
serenateando valses a su espalda.
Le dibujé un lunar
y alguna risa más entre las alas,
le dibujé un cordero
y un sol en la solapa
y le pinté el andar de aquella Maga.
Piropo en aerosol,
retazo de arlequín enamorado,
¿por dónde va mi amor?,
¿por dónde va mi amor?,
Maese Trotamundos sin tablado.
Borré más de una historia con el codo
y le ofrecí un jardín de luna y mate,
le hablé de los artistas
y en una mesa vieja
compuse un bailecito con dos panes.
La quise ternurear en plena vida
y se me fue su voz bajo la almohada
hechizo de mi calle,
milagro siempre tarde,
rosa de cobre, ausente, ya inventada.
Cirano de arrabal,
le hice una canción desesperada,
la amé como podía,
rondándole su esquina,
cayendo de sorpresa en su morada.
Piropo en aerosol,
retazo de arlequín enamorado,
¿adónde va mi amor?,
¿adónde va mi amor?,
Maese trotamundos sin tablado.