Partí una vez sin comprender
que el corazón dejaba;
tomé el atajo del placer,
camino de la nada.
Errante anduve así ciego de vida,
mintiendo amor y fe, fingiendo calma
-rota el alma-.
Hoy, ya lo ves, regreso a vos
...vengo a buscar el corazón.
Hoy, al volver,
veo en tus ojos otra vez la esperanza.
Si es posible renacer
renazco en la ilusión de tu mirada,
revivo en la tensión recuperada
de tus ansias.
Hoy, al volver,
vuelvo a soñar,
vuelvo a sentir la ilusión de vivir.
Hoy, al volver,
vuelvo a nacer,
la vida empieza hoy.
En las arrugas de mi piel
la vida se ha escondido,
y se resiste a comenzar
el viaje del olvido.
De aquel ayer sin vos quedan heridas,
heridas que al doler sirven de amarras
-y de garras -.
Tan sólo el filo de tu amor
puede cortarlas, corazón.
1º premio certamen Hugo del Carril 1992.